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Finalmente, tenemos noticias esperanzadoras sobre nuestra lucha contra las PFAS, o sustancias tóxicas "eternas", como se las suele llamar. Los científicos han descubierto que ciertas especies de microbios en nuestros intestinos pueden absorberlas y permitirnos eliminarlas del organismo.
Las PFAS, o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, son sustancias químicas sintéticas que se han utilizado ampliamente en diversos productos desde la década de 1950. Reconocidas desde hace mucho tiempo por su resistencia a las manchas, el calor, el aceite, la grasa y el agua, estas sustancias se han utilizado como recubrimientos en productos tan diversos como ollas y sartenes, ropa, muebles, envases de alimentos, adhesivos y equipos contra incendios.
Sin embargo, estas sustancias químicas son extremadamente persistentes y pueden contaminar el medio ambiente y el cuerpo de los animales mucho después de que el producto original del que formaban parte haya sido desechado. Decir que están en todas partes es quedarse corto, y los científicos están cada vez más preocupados por su impacto en nuestra salud.
Algunos de los PFAS que entran en nuestro cuerpo pueden eliminarse por la orina en pocos días, pero otros con una estructura molecular más larga pueden permanecer presentes durante años.
Aunque la investigación aún no es clara, la evidencia existente sugiere que estas sustancias químicas pueden contribuir a múltiples enfermedades y afecciones adversas, como la infertilidad, los retrasos en el desarrollo infantil y un mayor riesgo de cáncer.
“Todos estamos expuestos a los PFAS a través del agua y los alimentos; estas sustancias químicas están tan extendidas que están presentes en todos nosotros”, explicó la Dra. Anna Lindell, investigadora de la Unidad de Toxicología del MRC de la Universidad de Cambridge, en un comunicado.
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Estas sustancias químicas son extremadamente persistentes y pueden contaminar el medio ambiente. Imagen de Nicky ❤️🌿🐞🌿❤️ en Pixabay |
“En el pasado, los PFAS se consideraban seguros, pero ahora está claro que no lo son. Ha tardado mucho en detectarse porque, en niveles bajos, no son extremadamente tóxicos. Sin embargo, son como un veneno de acción lenta”.
Durante mucho tiempo, las noticias sobre estas sustancias químicas fueron bastante preocupantes, como se puede imaginar, pero una nueva investigación dirigida por un equipo de la Universidad de Cambridge nos ha dado una luz de esperanza. Científicos han identificado una familia de especies bacterianas que pueden absorber algunas moléculas de PFAS. Y la buena noticia es que estas bacterias ya se encuentran de forma natural en el intestino humano.
El estudio representa la primera evidencia de que nuestro microbioma intestinal podría ser capaz de ayudar a eliminar las PFAS tóxicas de nuestro cuerpo. Sin embargo, esto aún no se ha probado en humanos. El estudio existente se centró en ratones a los que se les introdujeron nueve especies de estas bacterias en sus intestinos. Al realizar esto, los investigadores descubrieron que los ratones podían acumular rápidamente las PFAS que habían ingerido y luego expulsarlas de forma segura.
"Dada la magnitud del problema de las PFAS, en particular sus efectos sobre la salud humana, es preocupante que se esté haciendo tan poco para eliminarlas de nuestro cuerpo", añadió la Dra. Kiran Patil, también de la Unidad de Toxicología del MRC de la Universidad de Cambridge. Descubrimos que ciertas especies de bacterias intestinales humanas tienen una capacidad notablemente alta para absorber PFAS de su entorno en diversas concentraciones y almacenarlas en grupos dentro de sus células. Debido a la agregación de PFAS en estos grupos, las bacterias parecen estar protegidas de los efectos tóxicos.
Curiosamente, el equipo descubrió que cuanto más altos eran los niveles de PFAS a los que se exponían los ratones, más intensamente parecía trabajar su microbioma intestinal, eliminando así el mismo porcentaje de sustancias químicas tóxicas en cada ocasión. A los pocos minutos de exposición, las bacterias analizadas pudieron absorber entre el 25 % y el 74 % de los PFAS.
El equipo espera crear nuevos suplementos dietéticos probióticos para aumentar la cantidad de estas bacterias beneficiosas en nuestros intestinos. Mientras tanto, los investigadores instan a las personas a limitar su exposición a estas sustancias químicas evitando las sartenes recubiertas de PFAS y utilizando un buen filtro de agua.
El artículo se publicó en Nature.