La rata lanuda subalpina (Mallomys istapantap) fue descrita científicamente en 1989, y esa información provino de un espécimen de museo. El animal solo ha sido visto con vida una vez en los últimos 30 años y nunca ha sido fotografiado; las únicas imágenes (aparte de las del espécimen) son ilustraciones pintadas de 1995. Sin embargo, un doctorando checo llamado František Vejmělka decidió ir a buscarla.
Una expedición de seis meses a la isla de Nueva Guinea llevó a Vejmělka a trabajar en estrecha colaboración con las comunidades indígenas locales. Los grupos estaban explorando el pico más alto de Papúa Nueva Guinea, el Monte Wilhelm, y Vejmělka documentó 61 especies de mamíferos en la montaña.
"Si no fuera por los cazadores indígenas que me acompañaron en las montañas y me ayudaron a localizar a los animales, nunca habría podido recopilar estos datos", declaró Vejmělka.
Durante el viaje, Vejmělka logró encontrar la rata lanuda. La rata fue descubierta entre 3700 y 3200 metros (12 139 y 10 498 pies) sobre el nivel del mar. Mediante el uso de cámaras trampa y la participación en cacerías nocturnas con terratenientes locales, Vejmělka se convirtió en la primera persona en registrar imágenes y videos de la especie.
Vejmělka también pudo registrar las medidas de cinco machos adultos, que pesaron entre 995 gramos y 1,5 kilogramos (2 y 3,3 libras). Además, se examinó el contenido estomacal, que contenía una dieta compuesta principalmente por especies de helechos, lo que confirmó una dieta herbívora. Vejmělka también observó un rasgo no mencionado en ninguna referencia a la rata lanuda subalpina: un intenso color marrón rojizo en el pecho de los animales, tanto machos como hembras, observados en estado salvaje.
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Esta especie se describe como "escansorial", lo que destaca su capacidad para trepar. Imagen cortesía de František Vejmělka (Vejmělka. F, Mammalia 2025). |
“La combinación de métodos de detección modernos y tradicionales, enriquecidos por el inmenso conocimiento tradicional de caza de las comunidades indígenas, dio como resultado los primeros registros de especímenes de este notable roedor en más de 30 años y las primeras observaciones científicas de animales vivos”, explica Vejmělka en el artículo.
El estudio se publica en la revista Mammalia.