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Gracias a una nueva tecnología, el usuario puede agarrar y girar el holograma de un auto. Crédito de la imagen: Iñigo Ezcurdia |
Han existido varios enfoques para las pantallas volumétricas que permiten crear una imagen 3D sin necesidad de gafas especiales. Uno de ellos empleaba una lámina oscilante rápida llamada difusor. La lámina oscila a una velocidad increíble y, de forma sincronizada, se proyectan imágenes sobre ella.
Gracias a las 2880 imágenes por segundo del difusor y a la capacidad comparativamente lenta de nuestros ojos y cerebro para interpretarlas, el holograma aparece. Sin embargo, los difusores suelen ser rígidos, por lo que es posible que no quieras tocar algo que vibre tan rápido. Por lo tanto, los investigadores tuvieron que buscar una alternativa.
“Estamos acostumbrados a la interacción directa con nuestros teléfonos, donde pulsamos un botón o arrastramos un documento directamente con el dedo sobre la pantalla; es algo natural e intuitivo para los humanos. Este proyecto nos permite usar esta interacción natural con gráficos 3D para potenciar nuestras habilidades innatas de visión y manipulación 3D”, declaró Asier Marzo, investigador principal, en un comunicado.
El equipo diseñó un difusor elástico que se podía tocar sin dañar ni el dispositivo ni a la persona. El reto consistía en asegurar que la imagen se mantuviera intacta, ya que el material se deforma con mayor facilidad.
El equipo superó el reto y creó una configuración donde se puede colocar la mano a través de las tiras de material que conforman el difusor y simular el movimiento del holograma.
“Por ejemplo, sujetar un cubo entre el índice y el pulgar para moverlo y rotarlo, o simular caminar sobre una superficie con los dedos índice y anular”, explicaron los autores.
Pantallas como pantallas y dispositivos móviles están presentes en nuestras vidas para trabajar, aprender o entretenernos. Disponer de gráficos tridimensionales que se puedan manipular directamente tiene aplicaciones en la educación; por ejemplo, para visualizar y ensamblar las piezas de un motor. Además, varios usuarios pueden interactuar de forma colaborativa sin necesidad de gafas de realidad virtual. Estas pantallas podrían ser especialmente útiles en museos, por ejemplo, donde los visitantes pueden simplemente acercarse e interactuar con el contenido.
Esta no es la manera de crear una holocubierta y sumergirse por completo en un holograma manipulable. Para que el efecto funcione, es necesario analizarlo. Aun así, esto podría convertirse en un sistema de pantalla más grande en el que se puedan manipular las acciones.
Un artículo con estos resultados se presentó en la Conferencia CHI sobre Factores Humanos en Sistemas Informáticos.