![]() |
Narices eléctricas revelaron la presencia de terpenos aromáticos. Crédito: Emma Paolin |
Después de miles de años en el más allá, uno podría esperar que el olor fuera similar al de un escroto viejo y mohoso, pero resulta que las momias del antiguo Egipto siguen siendo sorprendentemente agradables al olfato. Un mérito de sus embalsamadores es que los cuerpos arrugados conservan muchos de los olores agradables que emanaban de los aceites aromáticos y ceras con los que fueron tratados originalmente, y un equipo de olfateadores entrenados los ha descrito como "hedonísticamente agradables".
"El olor de los cuerpos momificados ha atraído durante años un gran interés por parte de los expertos y del público en general, pero hasta ahora no se había realizado ningún estudio científico combinado químico y perceptivo", explicó en un comunicado el profesor Matija Strlič, autor principal de la investigación. Junto con un equipo de expertos olfativos, Strlič ha analizado ahora el hedor de nueve momias albergadas en el Museo Egipcio de El Cairo, la más antigua de las cuales data de la época del Imperio Nuevo, que comenzó en 1539 a. C.
“Esta investigación pionera realmente nos ayuda a planificar mejor la conservación y a comprender mejor los antiguos materiales de embalsamamiento”, afirma.
Según los informes de los olfateadores, el 78 por ciento de las muestras conservaban un aroma “amaderado”, mientras que el 67 por ciento se describió como “picante” y el 56 por ciento olía “dulce”. Se descubrió que solo un tercio de las momias emitía olores negativos como “rancio” o “viejo”, y la misma proporción emitía vibraciones “similares a las del incienso”.
“La intensidad media del conjunto fue “media” [...] y el tono hedónico se evaluó como “ligeramente agradable” en promedio”, escriben los autores del estudio.
![]() |
El 78 por ciento de las muestras conservaban un aroma “amaderado”. Imagen de Mohammad Rasheed en Pixabay |
Además de sus instrumentos humanos, los investigadores también utilizaron una “nariz” electrónica para tener una mejor idea de exactamente qué tipo de compuestos volátiles estaban siendo arrojados por las momias antiguas. Esto reveló la presencia de terpenoides como el pineno, el limoneno y la verbenona, todos ellos probablemente originados en los aceites, resinas y ceras utilizadas en el proceso de momificación.
Estos compuestos “indican el uso de resina de cedro o pino, resinas gomosas como la mirra y el incienso, y otras plantas como el tomillo, la lavanda y el eucalipto”, explican los investigadores. La presencia de borneol en los aromas, por su parte, puede derivar del uso de alcanfor.
Mediante cromatografía de gases y espectrometría de masas, los autores del estudio pudieron separar los compuestos aromáticos en aquellos producidos por los materiales de momificación, así como los que surgen del aceite vegetal y los pesticidas añadidos durante los esfuerzos de conservación modernos y los emitidos por mohos y otros microbios. En general, descubrieron que las momias expuestas tendían a tener olores más fuertes y complejos que las almacenadas, “probablemente debido a la acumulación de volátiles en las vitrinas”.
Basándose en estos hallazgos, los investigadores sugieren que el “patrimonio olfativo” de las momias del antiguo Egipto debería considerarse un componente vital de su valor cultural, histórico y arqueológico, e instan a los museos a hacer todo lo posible para preservar estos olores antiguos.
El estudio ha sido publicado en el Journal of the American Chemical Society.