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Minicerebros ejecutando programas informáticos y controlando mariposas... ¿a través de Internet? Imagen de ymyphoto en Pixabay |
Los mundos virtuales, ChatGPT e IA parecen estar de moda en 2024, con todo tipo de desarrollos que revolucionarán no solo el espacio tecnológico, sino que tendrán implicaciones más amplias para la medicina, la política e incluso el sistema judicial. Ahora, los investigadores de la startup suiza FinalSpark han combinado un mundo virtual con diminutos minicerebros humanos y han construido una conexión bidireccional.
El equipo ha estado trabajando en un mundo virtual controlado por organoides cerebrales utilizando un sistema llamado Neuroplatform. Se cree que es la primera plataforma en la nube de software húmedo del mundo y permite a los investigadores interactuar con los organoides cerebrales de forma remota. Estos organoides, denominados "minicerebros", tienen solo el tamaño de un guisante, pero están formados por alrededor de 10.000 neuronas derivadas de células madre pluripotentes inducidas humanas.
Los 16 organoides en los que se ejecuta el sistema se mantienen en incubadoras a 37 °C (98,6 °F) y pueden responder a los estímulos a través de una matriz de múltiples electrodos (MEA); Los MEA se utilizan a menudo en neurociencia para medir la actividad eléctrica de las neuronas.
Para demostrar que los minicerebros pueden responder a la estimulación, el equipo creó un mundo virtual que contenía una mariposa. Si un humano vivo hace clic en el mundo virtual, el software determina si el clic se produjo en el campo de visión de la mariposa, entonces los minicerebros responden y le indican a la mariposa que vuele hacia el lugar donde se produjo el clic dentro del mundo virtual. De lo contrario, la mariposa vuela aleatoriamente en el espacio virtual.
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Para demostrar que los minicerebros pueden responder a la estimulación, el equipo creó un mundo virtual que contenía una mariposa. Imagen de Okan Caliskan en Pixabay |
“Es fundamental destacar que, si bien estas funciones de movimiento se implementan en el software, la decisión de usar una u otra está impulsada por la respuesta del organoide cerebral a la estimulación”, explicó Daniel Burger, un ingeniero de investigación y desarrollo que trabaja con FinalSpark en el proyecto Neuroplatform, en una publicación de blog.
En lugar de ejecutar software en la informática tradicional, Burger también dijo que se podría ejecutar software en los minicerebros como redes neuronales biológicas (BNN). Hay varias ventajas potenciales para esta idea, incluida la de que las BNN tienen un "consumo de energía significativamente menor" en comparación con las supercomputadoras.
"Actualmente, comparamos directamente el procesamiento de la CPU con el de los organoides", dijo Burger a The Register. "Aún tenemos el consumo de energía del hardware de apoyo, como las incubadoras y los sistemas de estimulación eléctrica. Todavía no tenemos una comparación exacta 1:1 entre la CPU y el organoides, incluido todo el hardware de apoyo, pero es algo en lo que estamos trabajando para cuantificarlo en el futuro cercano".
El artículo que detalla Neuroplatform se publicó en Frontiers In Artificial Intelligence.