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| Imagen de Gerd Altmann en Pixabay |
Existe una percepción generalizada de que las personas mayores tienen olores distintivos, lo que los niños con menos tacto expresan como "el abuelo huele raro". Los investigadores decidieron probar si el olor era una parte intrínseca del envejecimiento, un producto del medio ambiente o un truco de la mente.
Aunque descubrieron que el olor es principalmente un efecto de los cambios químicos producidos por nuestro cuerpo e identificaron las moléculas involucradas, también parece que el cerebro de quien huele le da un giro a la historia.
En 2001, un equipo de investigadores dirigido por el Dr. Shinichiro Haze del Centro de Desarrollo de Productos de Yokohama hizo que sujetos de entre 26 y 75 años usaran camisetas diseñadas para captar sus olores corporales durante tres noches. Se extrajeron las moléculas adheridas a los parches de las camisas y se pasaron por un espectrómetro de masas para separar los compuestos para su análisis.
Los autores encontraron una mezcla compleja de sustancias químicas, pero la mayoría de ellas no se vieron afectadas por la edad. La excepción fue el 2-Nonenal, un aldehído que sólo se encontraba en las camisas usadas por personas de 40 años o más y que aumenta con la edad a partir de entonces.
El artículo publicado en el Journal of Investigative Dermatology que informa sobre el trabajo reveló que no sudamos 2-Nonenal a ninguna edad. En cambio, la piel de las personas mayores libera ácidos grasos insaturados omega-7, que se convierten en 2-nonenal cuando se degradan por la exposición al aire. Los peróxidos lipídicos aceleran el proceso.
Haze y sus coautores llegaron a su conclusión basándose en una muestra de sólo 22 personas, pero el trabajo parece haber resistido la prueba del tiempo, sin refutaciones posteriores.
Un estudio de 2012 en PLOS ONE dirigido por la Dra. Susanna Mitro, entonces en el Monell Chemical Senses Center, encontró que las personas podían distinguir entre los olores corporales de personas mayores de 75 años y menores de 55, pero no entre aquellos de 20 años y de 45 a 55 años.
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| El olor proviene del 2-Nonenal, un aldehído que sólo se encontraba en las camisas usadas por personas de 40 años o más y que aumenta con la edad a partir de entonces. Imagen de Pexels en Pixabay |
Sin embargo, el trabajo de Haze indica que no todos estamos destinados a lucir el aroma de la edad. Las concentraciones promedio de 2-Nonenal para las personas entre 40 y 70 años fueron de 2,6 partes por millón. Sin embargo, dos sujetos de unos 60 años y uno de más de 70 produjeron tan poco 2-Nonenal que ni siquiera el espectrómetro de masas pudo detectarlo; las narices no habrían tenido ninguna posibilidad. Esta fue la mitad de la muestra de mayores de 60 años del estudio.
Los omega-7 monosaturados también mostraron una clara tendencia creciente con la edad, pero para aproximadamente la mitad de los sujetos mayores de 40 años los niveles eran apenas más altos que entre los participantes más jóvenes, en todo caso.
También se ha descubierto que otros animales, como ratones y ciervos, huelen diferente a medida que envejecen.
Sigue siendo un misterio por qué la piel excreta más sustancias químicas que se convierten en 2-Nonenal a medida que envejecemos. Los ultradarwinistas, que atribuyen todos los fenómenos biológicos a la selección natural o sexual, creen que existe alguna ventaja evolutiva en señalar la vejez. Sin embargo, incluso ellos luchan por explicar qué podría ser, sobre todo porque los humanos dependemos más de nuestros otros sentidos y tenemos muchas otras formas de enviar mensajes. La amplia variación entre los sujetos mayores de Haze socava aún más la búsqueda de una explicación evolutiva.
Alternativamente, la liberación de omega-7 puede ser simplemente una consecuencia del envejecimiento del cuerpo y el producto degradado es un efecto secundario. El cuerpo tiene enzimas que desaturan las grasas y su abundancia puede cambiar a medida que envejecemos por muchas razones, posiblemente aumentando la abundancia de omega-7.
Por lo general, se supone que el "olor a persona mayor" es algo malo, y Haze y sus coautores describen que el 2-Nonenal tiene; "Un desagradable olor a grasa y hierba". Es la molécula que le da a la cerveza añeja su sabor a “cartón”, lo que la convierte en el enemigo número uno de los químicos que buscan hacer que la cerveza dure más.
Sin embargo, oler a hierba no suena tan mal. Además, cuando Mitro hizo que las personas olieran olores recolectados de personas de diferentes edades, los recolectados de donantes mayores no fueron calificados como más desagradables y, de hecho, se consideraron menos intensos que los de los jóvenes.
Mitro y sus coautores especulan que el olor de las personas mayores sólo se considera desagradable en contexto. Las sociedades que reverencian más la edad podrían considerarla de manera diferente.
Los artículos se pueden encontrar en el Journal of Investigative Dermatology y PLOS ONE.