Con una de las barbas más emblemáticas de la historia, Charles Darwin una vez teorizó que el pelo largo de la melena de un león ayuda a proteger la garganta de los ataques de los machos rivales. Ahora, parece que el famoso naturalista pudo haber lucido deliberadamente un tipo similar de armadura folicular, ya que un nuevo estudio sugiere que el vello facial puede haber evolucionado para proteger la mandíbula de los puños.
No se puede negar que los hombres humanos tienen una larga tradición de golpearse en la cara, y una gran cantidad de investigación científica indica que todo, desde la forma de nuestros puños hasta los contornos de nuestra cara, puede estar diseñado para este mismo propósito. También es interesante que, a pesar de ser considerados puramente ornamentales, las barbas tienden a asociarse con la masculinidad y la agresividad.
Con eso en mente, los autores de este último estudio decidieron investigar si el vello facial podría transmitir algún tipo de beneficio real cuando se pelea. Sin embargo, debido a que es difícil recibir fondos para golpear a las personas en la cara, el equipo creó un compuesto de fibra epoxi como sustituto de la mandíbula humana, que luego cubrieron con piel de oveja antes de proceder a golpearlo con un objeto contundente.
Las muestras completamente peludas pudieron absorber un 37 por ciento más de energía que las que estaban esquiladas, y solo superaron el 45 por ciento de las pruebas, mientras que los modelos sin pelo se agrietaron casi siempre.
Al explicar sus hallazgos en la revista Integrative Organismal Biology, los autores del estudio especulan que el pelaje ayudó a ralentizar el remezon de la cabeza al conectarse con el modelo, lo que provocó que el impacto se absorbiera más lentamente. Al mismo tiempo, la fuerza del golpe se distribuyó sobre un área de superficie más grande a medida que las muestras individuales de cabello absorbían gran parte de la energía además de la superficie misma.
Por lo tanto, los investigadores concluyen que "el cabello es capaz de reducir significativamente la fuerza del impacto de un golpe contundente y absorber energía, reduciendo así la incidencia de fallas". Sin embargo, en referencia a un estudio anterior que descubrió que los luchadores de artes marciales mixtas con barba (MMA) no son estadísticamente más exitosos que los competidores afeitados, los autores desean aclarar que sus resultados "no proporcionan evidencia de que las barbas brinden protección contra los golpes."
"Más bien se presume que nuestros resultados son más relevantes para las laceraciones de la piel y las fracturas de huesos faciales", explican.
Además, debido a que la piel de oveja utilizada para replicar el vello facial en este experimento era gruesa y lanosa, los investigadores reconocen que sus hallazgos probablemente solo se apliquen a hombres que pueden crecer barbas particularmente lujosas, y que es poco probable que el vello o la pelusa no proporcionen protección contra un puñetazo en la cara.
Antes de concluir su trabajo, los autores señalan que las barbas presumiblemente también transmiten algún tipo de desventaja evolutiva, de lo contrario, las mujeres seguramente también las tendrían. Los bigotes y las patillas no se consideraron en este estudio, lo que significa que todavía hay mucho más margen para golpear a las personas en nombre de la ciencia.
Ya que hablamos de barbas, ¿que te parece darle una visita a esta Clase Maestra sobre como mantenerla de manera experta?