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| Imagen de Roland Schwerdhöfer en Pixabay |
Si no estás satisfecho con el tamaño de tu nariz, ahora tienes a alguien a quien culpar, ya que una nueva investigación ha revelado que ciertos genes responsables del aumento de la longitud de la nariz se remontan a nuestros primos neandertales extintos. Según los autores del estudio, los homínidos antiguos pueden haber desarrollado narices grandes para ayudarlos a hacer frente al clima frío de Eurasia antes de pasar sus narices alargadas a los humanos modernos cuando las dos especies se cruzaron.
"En los últimos 15 años, desde que se secuenció el genoma neandertal, hemos podido saber que nuestros propios ancestros aparentemente se cruzaron con los neandertales, dejándonos pequeños fragmentos de su ADN", explicó el autor del estudio, el Dr. Kaustubh Adhikari, en un comunicado. “Aquí, encontramos que algo de ADN heredado de los neandertales influye en la forma de nuestras caras. Esto podría haber sido útil para nuestros antepasados, ya que se ha transmitido durante miles de generaciones”.
Una comparación rápida de los cráneos humanos y neandertales deja bastante claro que estos últimos tenían narices significativamente más altas, como lo demuestra la distancia entre el nasión, donde la parte superior de la nariz se encuentra con la ceja, y el philtrum. Para comprender cómo nuestros genes influyen en nuestra altura nasal, los investigadores examinaron el ADN de más de 6000 personas de toda América Latina.
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| Cráneos humanos modernos y neandertales arcaicos uno al lado del otro, que muestran la diferencia en la altura nasal. Crédito de la imagen: Dr. Kaustubh Adhikari, UCL |
Al hacer una referencia cruzada de esta información genética con imágenes de los rostros de los participantes, los autores del estudio pudieron identificar 33 regiones del genoma asociadas con la forma del rostro. Los análisis de seguimiento revelaron que 26 de estas regiones se replicaron en cohortes separadas de Europa, África y Asia.
De particular interés fue una región genética llamada 1q32.3, que muestra una introgresión de los neandertales y se asoció con una mayor altura nasal. Se descubrió que un gen en particular, conocido como el gen Activating Transcription Factor 3 (ATF3), evolucionó debido a la selección natural, lo que significa que debe haber ayudado a las posibilidades de supervivencia de los neandertales que lo portaron.
En otras palabras, los neandertales con narices más largas pueden haber tenido una mayor probabilidad de transmitir su ADN.
“Durante mucho tiempo se ha especulado que la forma de nuestras narices está determinada por la selección natural; como nuestras narices pueden ayudarnos a regular la temperatura y la humedad del aire que respiramos, las narices de diferentes formas pueden adaptarse mejor a los diferentes climas en los que vivieron nuestros antepasados”, explicó el autor del estudio, el Dr. Qing Li. "El gen que hemos identificado aquí puede haber sido heredado de los neandertales para ayudar a los humanos a adaptarse a climas más fríos cuando nuestros antepasados se mudaron de África".
El estudio se publica en la revista Communications Biology.