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| Vista de Urano y sus lunas desde el Hubble. Crédito de la imagen: NASA/JPL/STScI |
Las lunas y los planetas enanos con océanos enterrados son mundos fascinantes: la presencia de un océano implica actividad interna y podría existir la posibilidad de que sean habitables. Hay mucho que no sabemos sobre su formación y evolución. Nuevos estudios sugieren que podrían ser mucho más comunes, incluso alrededor del planeta Urano.
Pensando en lunas heladas, solemos considerar inmediatamente a Europa o Encelado. Tienen un océano profundo debajo de una capa de hielo (relativamente) delgada. Pero hay evidencia de actividad similar a la del océano en tantas lunas y planetas enanos que los científicos decidieron echar un segundo vistazo a los datos recopilados por la Voyager 2 mientras volaba cerca de Urano en 1986.
Utilizando mejores modelos que los disponibles en ese momento y combinándolos con observaciones terrestres, el equipo se propuso comprender el interior de las cinco lunas principales de Urano: Ariel, Umbriel, Titania, Oberon y Miranda. Aparte de la más pequeña, Miranda, el modelado de los otros cuatro apoya la idea de un océano profundo debajo de una gruesa capa de hielo.
infografía que muestra las lunas y donde probablemente haya una capa oceánica en cuatro de las principales lunas de Urano: Ariel, Umbriel, Titania y Oberón. Los océanos salados (o salobres) se encuentran debajo del hielo y sobre capas de rocas ricas en agua y rocas secas. Miranda es demasiado pequeña para retener suficiente calor para una capa oceánica.
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| Cuatro de las cinco lunas más grandes de Urano podrían tener un océano. Crédito: NASA/JPL Caltech |
"Cuando se trata de cuerpos pequeños, planetas enanos y lunas, los científicos planetarios han encontrado previamente evidencia de océanos en varios lugares poco probables, incluidos los planetas enanos Ceres y Plutón, y la luna Mimas de Saturno", dijo en un comunicado la autora principal Julie Castillo-Rogez del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA . “Entonces, hay mecanismos en juego que no entendemos completamente. Este documento investiga cuáles podrían ser y cómo son relevantes para los muchos cuerpos en el sistema solar que podrían ser ricos en agua pero tienen un calor interno limitado”.
Los modelos fueron informados por observaciones de otras cuatro misiones. Galileo de la NASA estudió Júpiter y sus lunas, Dawn visitó el asteroide Vesta y el planeta enano Ceres, New Horizons sobrevoló Plutón y Caronte, y Cassini estudió el sistema de Saturno. Las lunas de Urano están entre el tamaño de Plutón y Ceres.
Un elemento crucial para el modelo es establecer qué tan porosas son las lunas. Los investigadores están interesados en comprender si estas lunas podrían mantener el calor interno; si no pueden, los océanos se congelarán. Titania y Oberón, las lunas más grandes, podrían tener océanos lo suficientemente cálidos como para ser habitables.
Ariel e incluso la pequeña Miranda tienen evidencia de cambios superficiales geológicamente recientes. Miranda es demasiado pequeña para haber conservado mucho calor interno, pero Ariel podría tener volcanes de hielo. Estas lunas claramente tienen potencial, pero quedan preguntas importantes sobre qué tan bien estos modelos describen estos mundos helados.
“Necesitamos desarrollar nuevos modelos para diferentes suposiciones sobre el origen de las lunas para guiar la planificación de futuras observaciones”, explicó Castillo-Rogez.
El trabajo se publica en el Journal of Geophysical Research Planets.