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| Foto de Magda Ehlers en Pexels |
Si aún no lo sabías, tenemos malas noticias: la industria del reciclaje de plástico tiene un rendimiento muy bajo. Solo el 9 por ciento de los desechos plásticos producidos se ha reciclado. Alrededor del 12 por ciento se ha quemado, dejando el 79 por ciento de todo el plástico producido todavía en el mundo.
Mientras buscamos cómo depender menos de estos materiales, los investigadores también han estado investigando cómo reutilizar uno de los tipos más comunes de plástico, la poliolefina, convirtiéndolo en combustible.
"Los plásticos de un solo uso imponen una enorme amenaza ambiental, pero su reciclaje, especialmente de poliolefinas, ha demostrado ser un desafío", escriben investigadores de la Universidad de Delaware (UD) en un nuevo artículo.
"Presentamos un método directo para convertir selectivamente poliolefinas en combustibles líquidos ramificados, incluidos los hidrocarburos diésel, de reacción y de gasolina".
Definitivamente, esta no es la primera vez que los científicos convierten el plástico en combustible (de hecho, hemos estado informando sobre estos métodos durante años), pero como la mayoría de las ciencias de los materiales, el objetivo es convertir la mayor cantidad de plástico en la mayor cantidad de combustible, en el costo más barato y utilizando la menor cantidad de recursos para hacerlo.
La nueva técnica cumple muchos de esos requisitos: utiliza un 50 por ciento menos de energía que tecnologías similares, se puede hacer a las temperaturas de un horno de cocina normal y no implica la adición de dióxido de carbono a la atmósfera. Todos los pasos emocionantes en la dirección correcta.
"Los desechos plásticos son un problema ambiental serio. Creo que esta investigación puede ayudar a conducir a mejores métodos de reutilización del plástico", dijo Andrew Danielson, ingeniero químico de la UD.
El equipo utiliza un proceso químico llamado hidrocraqueo para romper los enlaces de carbono en el plástico, utilizando un catalizador compuesto de minerales llamados zeolitas y óxidos metálicos mixtos.
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| Grafico: Liu et al., Science Advances, 2021 |
Los óxidos metálicos mixtos se utilizan para descomponer moléculas grandes, mientras que las zeolitas fomentan la formación de moléculas ramificadas, una técnica que hace que la sustancia plástica se traduzca más fácilmente en un producto final.
"Por sí solos, estos dos catalizadores funcionan mal. Juntos, la combinación hace magia, derritiendo los plásticos y sin dejar plástico", dijo el ingeniero biomolecular de UD Dion Vlachos.
"No se trata de materiales exóticos, por lo que podemos empezar a pensar rápidamente en cómo utilizar la tecnología".
Como beneficio adicional, el proceso del equipo no necesita separar diferentes tipos de plásticos, lo cual es útil cuando muchos de los productos plásticos que se venden ahora son multicomponentes, ya sea como compuestos, mezclas o con múltiples capas de diferentes tipos.
Esto está lejos del final de los desechos plásticos, por supuesto, y solo trata un síntoma del problema más grande. Para crear una economía circular, tenemos que dejar de extraer aceite del suelo para fabricar plástico, algo que los investigadores conocen muy bien.
"A medida que esta economía circular se ponga en marcha, el mundo necesitará fabricar menos plásticos originales porque reutilizaremos materiales fabricados hoy en el futuro", dijo Vlachos.
"Queremos usar electricidad verde para impulsar el procesamiento químico involucrado en la fabricación de cosas nuevas ... ahí es hacia donde nos dirigimos en los próximos 10 a 20 años".
Parece que es hora de empezar.
La investigación se ha publicado en Science Advances.