Tu Irritabilidad Por Ciertos Sonidos Tendría Origen Neuromotor Y No Auditivo

 

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El sonido de otras personas masticando, sorbiendo y tragando puede ser bastante molesto, pero algunas personas encuentran esos ruidos totalmente insoportables. La intensa incomodidad provocada por estos disparadores audibles se conoce como misofonía, y una nueva investigación finalmente ha revelado el mecanismo neuronal que subyace a este odio por ciertos sonidos.

El estudio, que aparece en el Journal of Neuroscience, indica que la misofonía surge cuando los ruidos irritantes activan partes del cerebro que controlan el movimiento de la cara, en lugar de las regiones de procesamiento auditivo.

Para llevar a cabo su investigación, los autores del estudio utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para escanear los cerebros de las personas con misofonía mientras escuchaban sus “sonidos desencadenantes” específicos. En la gran mayoría de los casos, los ruidos ofensivos estaban relacionados con los movimientos de la cara y la garganta, e incluyen acciones como masticar, respirar y hablar.

En comparación con las personas sin misofonía, las que padecían la afección no mostraban ninguna actividad inusual con sus cortezas motoras, la parte del cerebro que controla el movimiento voluntario, incluso cuando se les presentan los sonidos desencadenantes. Sin embargo, escuchar estos ruidos irritantes produjo una mayor activación en las neuronas que conectan la corteza auditiva con la corteza motora orofacial, que controla el movimiento de la cara y la garganta.

Esto significa que escuchar ciertos ruidos producía realmente la sensación de movimiento facial en ciertos individuos, como si ellos mismos estuvieran realizando la acción que produce el sonido. Según los autores del estudio, esto genera la sensación de tener invadidas las facultades, que es lo que hace que la experiencia sea tan intolerable.

"También encontramos un patrón similar de comunicación entre las regiones visual y motora, lo que refleja que la misofonía también puede ocurrir cuando se desencadena por algo visual", explicó el autor del estudio, el Dr. Sukhbinder Kumar, en un comunicado. En otras palabras, solo ver a alguien comer puede generar la misma sensación de disgusto que escucharlo.


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Foto de cottonbro en Pexels

“Esto nos lleva a creer que esta comunicación activa algo llamado el 'sistema de espejo', que nos ayuda a procesar los movimientos realizados por otras personas activando nuestro propio cerebro de una manera similar, como si estuviéramos haciendo ese movimiento nosotros mismos”, dice Kumar.

Las neuronas espejo juegan un papel importante en las interacciones sociales, ya que nos permiten imaginar lo que otras personas están experimentando, sin embargo, el descubrimiento de su papel en la misofonía es un hallazgo algo inesperado.

“Creemos que en las personas con misofonía, la sobreactivación involuntaria del sistema de espejos conduce a algún tipo de sensación de que los sonidos emitidos por otras personas se entrometen en sus cuerpos, fuera de su control”, explica Kumar.

Con base en estos hallazgos, los autores del estudio concluyen que "la misofonía, por lo tanto, no es una abreacción de los sonidos, per se, sino una manifestación de actividad en partes del sistema motor involucradas en la producción de esos sonidos". Como tal, afirman que los tratamientos futuros para la afección deben centrarse no solo en los centros de procesamiento del sonido del cerebro, sino también en la corteza motora.


Fuente: https://www.iflscience.com/brain/certain-sounds-may-enrage-or-disgust-you-due-to-an-overactive-brain-circuit/

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