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| Esta cosa es pequeña, pero poderosa. Crédito: 2025 LAFT EPFL (CC BY-SA) |
Algunos aún recordamos cuando las máquinas de fax eran la cumbre de la tecnología, así que podemos decir que esta nos dejó atónitos. Científicos han desarrollado una bioimpresora del tamaño de una píldora, diseñada para ser ingerida y usar tinta "viva" para reparar daños en el cuerpo. Una vez hecha su función, simplemente se extrae con un imán.
Desarrollada en el Laboratorio de Tecnologías de Fabricación Avanzadas de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), esta impresora en miniatura se inspira en otras tecnologías "sin ataduras" en desarrollo. Piense en robots microscópicos que pueden configurarse para limpiar vasos sanguíneos o en "cámaras de píldoras" que toman imágenes de los intestinos sin necesidad de un endoscopio.
"Al combinar los principios de las bioimpresoras in situ con los conceptos de liberación de fármacos de las cápsulas inteligentes, podemos imaginar una nueva clase de dispositivo: una bioimpresora del tamaño de una píldora, ingerible", declaró el director del laboratorio, Vivek Subramanian. Este tipo de tecnología podría ser muy útil en la reparación de lesiones de tejidos blandos dentro del tracto gastrointestinal. Actualmente, las úlceras y hemorragias generalmente deben repararse quirúrgicamente, pero esta sería una opción no invasiva.
La bioimpresión es similar a la impresión 3D o convencional, excepto que la "tinta" utilizada es un material biocompatible que actúa como soporte para la formación de tejido nuevo. Es la miniaturización de todo esto lo que la hace única. De hecho, los autores describen su dispositivo como más parecido a un bolígrafo que a una impresora, con un depósito de biotinta y un mecanismo de resorte para expulsarla.
La biotinta se puede depositar sobre la zona lesionada como si se aplicara un apósito, protegiendo el tejido dañado subyacente y permitiendo su cicatrización. Para lograrlo con éxito, debe entrar en contacto con las paredes del tracto gastrointestinal en el lugar correcto, lo cual es difícil de manejar; es un problema conocido con otros tipos de dispositivos sin anclaje que pueden ser más difíciles de manejar cuando tocan las paredes del tejido. No hay componentes electrónicos dentro de la impresora en miniatura, o, para darle su nombre correcto, el Sistema de Deposición Endoluminal Magnética (MEDS por sus siglas en inglés). Una vez ingerida, su progreso se puede rastrear externamente. Luego, en el momento oportuno, los cirujanos o científicos externos pueden usar un láser de infrarrojo cercano, que puede penetrar la pared corporal sin causar daño, para activar la liberación de la biotinta.
La cápsula se puede dirigir mediante un imán externo en un brazo robótico. Así también se puede extraer, guiándola en reversa hasta que se pueda extraer por vía oral.
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| El imán externo utilizado para dirigir y extraer el dispositivo. Crédito: 2025 LAFT EPFL (CC BY-SA) |
¿Pero realmente funciona?
Primero, el equipo realizó algunos experimentos in vitro, reparando úlceras gástricas simuladas y una hemorragia con éxito. Después, se trasladaron a cuerpos reales, pero aún no humanos. En experimentos con conejos, demostraron cómo se podía depositar la biotinta y cómo el dispositivo se controlaba según lo previsto.
“En nuestros experimentos de laboratorio controlados, nuestra biotinta cargada de células conservó su integridad estructural durante más de 16 días, lo que sugiere su potencial como microbiorreactor capaz de liberar factores de crecimiento y reclutar nuevas células para la cicatrización de heridas”, afirmó el primer autor y estudiante de doctorado Sanjay Manoharan.
Se necesitan más estudios, y el equipo también está interesado en probarla en otros tejidos, como los vasos sanguíneos y el peritoneo, que recubre el abdomen.
Pero, sinceramente, nos convencieron con la impresora diminuta y fácil de tragar. A veces la ciencia es simplemente… genial.
El estudio se publica en la revista Advanced Science.

