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| El material BAETA se fabrica a partir del reciclaje de residuos plásticos PET. Crédito: Max Emil Madsen, Universidad de Copenhague |
Un Nuevo Avance Transforma La Basura Plástica En Una Herramienta Para Capturar Carbono: la atmósfera está llena de dióxido de carbono y los residuos plásticos abundan por todas partes. Ahora, sin embargo, investigadores de la Universidad de Copenhague han desarrollado un avance doble: aprovecha un problema para resolver el otro: transforman los residuos plásticos en un material capaz de absorber el CO2 del aire con tanta eficacia que ya se compara con algunas de las tecnologías de captura de carbono existentes.
"La ventaja de este método es que resolvemos un problema sin crear uno nuevo", afirmó Margarita Poderyte, investigadora de doctorado del Departamento de Química de la Universidad de Copenhague y autora principal de un nuevo artículo que describe la invención: un material en polvo al que el equipo ha denominado BAETA.
"El ingrediente principal son los residuos plásticos que, de otro modo, tendrían una vida útil insostenible", explicó en un comunicado el viernes, "y la síntesis que utilizamos, donde se lleva a cabo la transformación química, es más suave que la de otros materiales para la captura de CO2, ya que podemos realizar la síntesis a temperatura ambiente". Esto facilita su adaptación: no se necesitan entornos ultrafríos ni de alta presión para este invento milagroso. "Funciona eficientemente desde temperatura ambiente normal hasta aproximadamente 150 grados Celsius, lo que lo hace muy útil", señaló Jiwoong Lee, profesor asociado del Departamento de Química y coautor del artículo.
Ese rango es "muy útil", afirmó Lee. "Con esta tolerancia a altas temperaturas, el material puede utilizarse en las terminales de plantas industriales, donde los gases de escape suelen estar calientes".
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| "El ingrediente principal son los residuos plásticos que, de otro modo, tendrían una vida útil insostenible". Imagen de Mumtahina Rahman en Pixabay |
Una vez saturado, el BAETA puede tratarse con un proceso de calentamiento para liberar el carbono recolectado. Esto no solo deshace todo el buen trabajo que acabamos de realizar, sino que ese carbono puede concentrarse y almacenarse en productos como cemento carbonatado, combustible y bebidas gaseosas, o cualquier otro desarrollo científico futuro.
"Vemos un gran potencial para este material", afirmó Poderyte. "El siguiente gran paso es aumentar la escala para producirlo en toneladas, y ya estamos trabajando para atraer inversiones y convertir nuestro invento en una empresa financieramente sostenible". Si bien abundan las dudas sobre si la tecnología de captura de carbono es una medida antiemisiones tan eficaz como a veces se afirma, este nuevo material presenta dos grandes diferencias con respecto a las instalaciones a escala industrial. En primer lugar, puede incorporarse a las fuentes de emisiones existentes en lugar de simplemente intentar capturarlas del aire circundante. En segundo lugar, su propia creación aborda otro problema: los residuos plásticos, que de otro modo se desintegrarían en microplásticos que plagan los entornos, desde el exterior hasta la sangre.
“Al convertir los residuos en una materia prima que puede reducir activamente los gases de efecto invernadero, integramos un problema ambiental en la solución a la crisis climática”, explicó Poderyte. Por ejemplo, añadió, “si logramos tener acceso al plástico PET altamente descompuesto que flota en los océanos del mundo, será un recurso valioso para nosotros, ya que es muy adecuado para suprareciclaje con nuestro método”.
“No hablamos de problemas aislados, ni lo serán las soluciones”, coincidió Lee. “Nuestro material puede crear un incentivo económico muy concreto para limpiar los océanos de plástico”.
El estudio se publica en la revista Science Advances.

