Los científicos descubrieron cómo hacer crecer cerebros en miniatura a partir de células madre. Genial, ¿verdad? Bueno, ahora también lograron cultivar cerebros de Neanderthal. Como resultado, tenemos más una idea de por qué florecieron nuestras poblaciones, ayudándonos a convertirnos en la especie dominante en la Tierra, mientras que la suya se esfumó..
La versión corta: se trata de la forma en que el cerebro se estructura a medida que se desarrolla.
Aunque la investigación aún no ha encontrado su camino en una publicación revisada por pares, una presentación sobre el trabajo de principios de este mes (y reportada por Science Magazine) señaló que algunas diferencias clave sugieren que los neandertales no pudieron comunicarse tan bien como nosotros. Sus cerebros simplemente no estaban conectados para manejarlo una buena comunicación.
Los humanos no son muy rápidos o fuertes. Nuestras rótulas son una cruel broma evolutiva y nuestro cabello no tiene sentido. Y a pesar de todo eso, conquistamos el mundo.
La comprensión común de cómo lo hicimos, fortalecida por estos nuevos neanderóides (eso es lo que los investigadores llaman a los minicerebros cultivados en el laboratorio) es que somos capaces de comunicarnos y socializar. Desarrollamos tribus masivas y comunidades que nos hicieron más poderosos que cualquier otro animal.
Cuando las minicerebros de Neanderthal se ensamblaron por sí mismos en el laboratorio, parecían una forma de palomitas de maíz. Las minicerebros humanos, por otro lado, eran mucho más esféricos, según la revista Science.
Los científicos detrás del proyecto notaron que la forma en que las neuronas se desarrollaron y conectaron entre sí se asemejaba a la forma en que se desarrollan algunas neuronas en personas con Trastorno del Espectro Autista. No establecieron un paralelismo entre los neandertales y las personas con autismo, aclararon, sino que las similitudes en las estructuras cerebrales pueden sugerir que la capacidad de comunicarse con los demás funciona de manera diferente allí que con los humanos con diferentes estructuras neuronales.
Los minicerebros cultivados a partir de células madre pluripotentes brindan a los científicos la oportunidad de comprender mejor el cerebro y cómo se desarrolla. Y dan a los investigadores la oportunidad de probar nuevos productos farmacéuticos en un modelo humano (simplificado), que produce mejores resultados que las pruebas en animales.
Y aunque estos minicerebros todavía se consideran herramientas de laboratorio, los científicos ya están elaborando directrices éticas sobre cómo deberían tratarse, si algún día desarrollamos la capacidad de desarrollar cerebros más avanzados en un laboratorio.
Pero aún no estamos allí. Los científicos, para ser claros, no cultivaron un Neanderthal vivo: usaron células madre para transportar genes de Neanderthal para desarrollar una versión pequeña y simplificada de un órgano similar al cerebro.
Aún así, hemos tomado medidas para comprender mejor a nuestros tíos evolutivos menos afortunados, y eso podría ayudarnos a comprender mejor cómo llegamos a ser la especie que somos hoy.
Fuente consultada:
https://www.sciencealert.com/lab-grown-neanderthal-minibrains-show-how-they-re-different-from-our-own